miércoles, 17 de agosto de 2016

El último septiembre. Elizabeth Bowen


     "Hacia las seis el sonido de un motor, procedente primero del vasto paisaje y concentrado luego bajo los árboles de la avenida, convocó en la escalinata a todos los habitantes de la casa en un estado de gran excitación. A la altura de las hayas, resonó una delgada verja de hierro; el coche emergió de una maraña de sombras y se deslizó pendiente abajo hacia la casa. Tras los destellos del parabrisas, el señor y la señora Montgomery -brazos agitándose en el aire y el velo malva de ella revoloteando furiosamente- saludaban con frenesí. Eran visitantes largamente esperados. Todos proferían exclamaciones y gesticulaban: nadie hablaba todavía. Era un momento de felicidad, de perfección."

     No sé vosotros, pero yo siempre hay nombres a los que quiero acercarme pero acabo posponiendo por falta de tiempo. Eso supone que en vacaciones aprovecho para acercarme a uno o dos y así quitarme las ganas, al menos. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El último septiembre.

     Estamos en los años veinte, en plena guerra de independencia irlandesa. Se vive una guerra de guerrillas entre el ejército británico y los denominados Black and Tans irlandeses. En este contexto, muchas familias angloirlandesas pudientes, optaron por crear sus pequeños mundos entre los muros de sus grandes mansiones. Este es el contexto en el que conocemos Danielstown, una mansión situada en el condado de Corck en la que viven los Naylor. Ajenos en la medida de lo posible a una guerra que tratan más como si fuera un rumor, ellos siguen entre reuniones y fiestas de tenis, intentando llevar una vida normal entre los muros de su casa. Y será entre estos muros que veamos como su sobrina, la joven Lois, intenta abrirse paso a la edad adulta, reflejándose en ella más que en nadie, ese punto entre la curiosidad y la negativa a permanecer ajena al exterior, lo sucedido para una gran parte de la sociedad. Sin embargo, todo aislamiento es ficticio y poco a poco seremos conscientes de que la vida exterior también llegará a Danielstown.

     Hablar de Elizabeth Bowen siempre va acompañado de comparar a esta autora con otros grandes nombres de la literatura, ya sea Austen o Woolf (que mira que me parecen dispares), así que la curiosidad estaba servida. Me he encontrado con un fresco de época que refleja el aislamiento que tantas veces ha intentado la alta sociedad antes los cambios venideros, ya fueran sociales o incluso conflictos bélicos. Bowen escribe la novela en 1929, cinco años después de finalizar el conflicto, y vierte en esta casa los rasgos de las que conociera así. De este modo consigue trasladar al lector la sensación de irrealidad tanto como la de pequeña isla y, entre descripciones de reuniones y horas de la comida, nos sentamos en las escaleras después de la cena disfrutando de la falsa serenidad de la noche. Y digo falsa porque es imposible que no se cuelen comentarios vestidos de trivialidad que reflejan el conocimiento de lo que sucede fuera de las puertas de Danielstown, una casa que llega a convertirse en un personaje casi central de la historia. Y aquí es Lois la encargada de ello, con sus inquietudes y sus comentarios sobre armas enterradas, incluso en su relación con el joven soldado Gerald, que no sólo no es aceptada, sino que ni siquiera se tiene en cuenta la posiblidad en esa casa de que algo así pueda suceder.

     Bowen nos dirige con calma por la novela sin buscar un hilo argumental que nos tenga en vilo, pero dejando claro desde las primeras páginas que algo sucederá, como si estuviéramos en una suerte de réquiem sostenido por una prosa magnífica salpicada de pequeñas descripciones que nos transportan a la época y el lugar. Sin embargo, y al igual que sucede con los protagonistas que optan por el silencio para enmascarar lo que sucede a su alrededor, Bowen parece también optar por este recursos, y me ha dejado con las ganas de conocer un poco más las relaciones de la familia con el entorno. Esa negación a ver lo evidente de las clases altas que tan bien han trasladado otros autores, queda velada por el hermetismo, y no nos deja ver conflictos reales, dejándome la impresión de estar ante una situación vivida por la propia Bowen de la que no ha podido terminar de desembarazarse.
Con todo ha sido una buena lectura, y he conocido al fin las letras de una mujer a la que tenía ganas. Aunque, como suele pasar cuando un nombre va acompañado de grandes comparaciones, no haya estado a la altura de lo esperado.

     No tengo cortesía, ya es miércoles y aún no os he preguntado qué estáis leyendo esta semana.

     Gracias.

22 comentarios:

Inés dijo... [Responder]

No se,no me acaba de atraer.No conocía a esta autora,ahora seguro que buscaré información y acabaré apuntándome algún libro suyo aunque no sea este.
Leo "Secretos imperfectos",con un personaje impertinente y desagradable que no me gusta,pero reconozco que le da un punto diferente a la novela.
Un beso

Mónica-serendipia dijo... [Responder]

Pues yo sí que he leído a Elizabeth Bowen, "El fragor del día". Pero fue hace muchos años y ni siquiera en la estupenda traducción de Impedimenta porque todavía no se había publicado. No me llegó, pero ahora lo achaco a que quizás era demasiado joven y no entendí bien el alcance de lo que Bowen abarcaba. Quizás. Lo que me extraña es esa comparación con Austen o con Virginia, no lo sabía. Total, que ahora que te leo, y aunque te hayas quedado un poco fría, pienso que me apetece darle otra oportunidad a ver si fueron cosas de la edad de la lectora :-)
Esta semana leo la segunda entrega de Flavia de Luce "La muerte no es un juego de niños", de Alan Bradley (una niña de once años muy gótica, obsesionada con la muerte, química experta, en la Inglaterra rural de la postguerra, resolviendo crímenes). Para que te hagas una idea, como si Miércoles Addams fuese detective.

Natàlia dijo... [Responder]

Me ha llamado mucho la portada, pero lo que cuentas ya no tanto. Un beso ;)

Chica Sombra dijo... [Responder]

En esta ocasión lo dejo pasar :)

Unknown dijo... [Responder]

¡Hola!
Es una autora que tengo ganas de leer pero como tú dices, siempre la acabo posponiendo.
En concreto, de esta novela, lo que más me atrae es la ambientación. A ver si me animo pronto y le doy una oportunidad, y espero disfrutar de las novelas de la autora.
Un beso

Anabel Samani dijo... [Responder]

Uff, no me hables de autores pendientes... es que no hay manera de llegar a ellos... yo empiezo a pensar que es cosa de sus libros que se nos esconden para que no los cojamos nunca XD XD XD XD
He acabado Tomates verdes fritos, y creo que voy a empezar Material sensible, de N. Gaiman.
Besos.

Irunesa dijo... [Responder]

No me atrae mucho el contexto histórico, pero me alegro de que al final hayas podido leerlo y te haya gustado. Yo también ando apurando el verano para quitarme pendientes, ahora mismo leyendo "El caparazon de la tortuga" una novela que no me dió tiempo a leer del concurso autores indies del año pasado.
Besos y feliz semana

Patt dijo... [Responder]

¡Hola!

No pinta mal, pero creo que no incluiré este libro en mis próximas lecturas porque se me están acumulando demasiadas y en algún momento tengo que decir stop.

Sobre mi lectura actual, ahora estoy con "El último secreto" de José Rodrigues Dos Santos, un libro que te suelta un bombazo sobre la Biblia en cuanto te descuidas. Aún no lo he terminado, pero de momento tiene sus momentos interesantes.

Un saludo imaginativo...

Patt

Mi tarde junto a un libro dijo... [Responder]

Hola! No sé para cuando, pero no lo descarto para un futuro cercano.
Yo esta semana estoy con 20 preguntas para Gloria, Iqbal y La viuda.
Besos!

CHARO dijo... [Responder]

Chiquilla no te puedes imaginar el trabajo que me está dando terminar El asesinato de Lola.....decididamente estoy en baja forma en cuestiones de lectura.Besicos

Neftis dijo... [Responder]

Lo dejo pasar que no me convence demasiado. Esta semana ando enfrascada en la lectura de Puerto escondido de Maria Oruña y me esta gustando mucho.

Saludos

Mi Álter Ego dijo... [Responder]

La verdad es que no me llama nada... A estas alturas ya no sé si son prejuicios o qué son pero me hablan de cualquier libro "de época" y ya digo "no me va a gustar". Jajajaja. Besotes!!!

Lady Aliena dijo... [Responder]

Sigo con el mismo libro. Ni en vacaciones avanzo jajaj Besos.

Abuela Ciber dijo... [Responder]

Si a veces nos desilucionamos, o sera que no era el momento para que la autora lo escribiera...no se
Cariños

Alejandra (Acabo de Leer) dijo... [Responder]

Pues no conozco a esta autora y me despierta curiosidad, aunque ese "silencio" que mencionas no me gusta nada, no me gustan las novelas que te dejan "a medias". Aún así no voy a descartarla del todo. Un saludo!

Raúl Ógar dijo... [Responder]

No sé si leí novelas sin hilo argumental, pero sí me pareció hacerlo con algunas (Psicópata americano, La gente del margen). Son lecturas que me resultan aburridas.
Yo sigo con el franchute: estoy con Alex.
Saludos.

J.P. Alexander dijo... [Responder]

No he leído nada de ella pero oido mucho sobre esa autora capaz que la lea. Te mando un beso y te me cuidas mucho

ILONA dijo... [Responder]

Elizabeth Bowen es ooootra de las pendientes de lectura. Estoy poniendo remedio este verano a eso de iniciarme con nuevos autores de los que siempre había querido leer, pero de momento no tengo ninguna obra de ella en la lista de espera, aunque algún día llegará.
Y ahora estoy con Marìas, que ése si es un viejo conocido, y su "Corazón tan blanco"

AMALIA dijo... [Responder]

La tendré en cuenta.

Un beso y gracias por la información.

Mª Ángeles Bk dijo... [Responder]

Pues fíjate que yo no conocía ni a la autora. No la descarto, pero tampoco es que me vaya a volver loca buscándola. Me alegra que te hayas sacado una espinita de lecturas pendientes, jajaja.
Besos

Shorby dijo... [Responder]

Creo que me gustaría, por lo que cuentas en la reseña... además, no conozco a la autora (MAL!) =)

Por mi parte, ando con clasicazos intercalando con lecturas fresquitas y más chorras.

Besotes

Carla dijo... [Responder]

Pues no se... creo que me quedo con la autora, el título ya veremos
Besos