lunes, 30 de junio de 2014

Franz y Greta. David Cameo




     "En adelante, los niños felices que visiten el centro comercial se extraviarán entre la multitud, y durante largas horas de sufrimiento sin nombre sus madres sabrán lo que significa no tener un hijo que les prometa consuelo en la vejez,y los niños perdidos sabrán lo que es encontrarse desamparados en un mundo confuso y hostil."

     Lo mejor que le puede pasar a un cruasán es que le unten con mantequilla, nos decía Pablo Tusset hace ya años.Y lo mejor que le puede pasar a un escritor es reinventarse para seguir contándonos historias, no anquilosarse en estilos que le dieron éxito y asumir el riesgo que supone muchas veces despegarse de su alias. Por eso me llamó la atención esta novela y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Franz y Greta.

     Franz y Greta son dos niños ricos que se pierden en un centro comercial,una vez perdidos el hermano mayor tiene que tomar las riendas de la situación para volver a casa, tiene que hacerlo, él mismo se dacuenta de ello igual que también se da cuenta de que ya no es tan niño; se hace mayor. Y cualquier cosa que añada a la sinopsis seguro que me supondría una mirada recriminatoria de un Franz ya adulto, que echa la vista atrás.

     Los niños tienen su peculiar visión de las cosas, por eso perderse en un centro comercial puede ser una gran aventura. Sobre todo si ese centro tiene una maldición que pesa sobre los niños felices. Pero, ¿qué pasa con las apariencias? Cuando los niños que se pierden aparentan tener todo lo necesario para ser felices pero no lo son, luchan. Y ese es el papel de nuestro amigo  Franz. Esa es su historia. La historia de un niño con aires de adulto perdido en una suerte de cuento para mayores en el que tiene que parecer maduro y cuidar de su hermana. Y ahí es justo donde salta al mundo fantástico y la historia cambia para ser fábula. Como en un Hansel y Gretel moderno en el que terminasen en el Departamento de Niños Perdidos, y allí como si se tratara de un mundo paralelo, habitasen las brujas, y el bosque, y resultara una novela en la que se salta de la realidad a la imaginación que nos hace soñar, correr o temblar en mundos de buenos y malos y faunos y cementerios. Lo acompañamos en su búsqueda de camino a casa mientras observamos a un niño que crece para ser un adulto.
     La segunda parte del libro está protagonizada por Franz ya adulto, echa la vista atrás y lo conocemos sin poder evitar pensar que tal vez siga perdido y esté buscando el camino para encontrarse. Dota de este modo a la historia de un nuevo matiz, convirtiendo el libro en una de esas novelas cuyo significado cambia dependiendo de quien la lea. Una de esas que siempre digo dan para grandes ratos de conversación.

     Siempre he envidiado la capacidad imaginativa de los escritores para crear mundos en la que sumergirnos. Nunca se me había ocurrido pensar que eran como niños en sus mundos imaginarios. Hasta hace unos días que me puse con esta lectura y entré sin problemas en esos Territorios Asombrosos.

     Hoy vengo con una historia creativa, con una novela tal vez iniciática, con un cuento para adultos, una reflexión, un viaja a Fantasía.Vengo, sobre todo, con una aventura que me ha gustado leer en la que he descubierto, no sólo una  historia poco habitual, sino a un David Cameo que se aleja mucho de aquel Pablo Tusset.

     "Los escritores son como niños perdidos."
     David Cameo

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias

viernes, 27 de junio de 2014

El Don. Mai Jia




     "El hombre que salió de Tongzhen en 1873 a bordo del pequeño transbordador negro para ir a estudiar al extranjero,era el miembro más joven de la séptima generación de una conocida familia de comerciantes de sal: los Rong, de Jiangnan."

     Mira que leo sobre libros, y veo libros... pero un día llego a la librería y me encuentro una torre de libros que no me suena de nada. Así que, gracias a la tecnología, miro allí mismo a ver qué me dice google... y google me dice: A casa. Con libro. Ya. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El don.

     Conocemos a Rong Jinzhen desde el momento en que nace. De hecho al nacer se queda huérfano debido al tamaño anormalmente grande de su cabeza. Con una llegada al mundo así y además con su procedencia, nadie podía imaginar que bajo una apariencia de niño autista, se ocultaba un genio matemático. Ser descubierto cambiaría su vida, por mucho que su tutor no quisiera, y Jinzhen se vería ahora tutelado por otro gran matemático y reclutado después para el departamento de criptografía.
     Y sin embargo tendréis que esperar unas cuantas páginas antes de llegar a conocer a Jinzhen.

     Esta novela, auténtico fenómeno literario fuera de nuestras fronteras desde su publicación, incluso en China país de procedencia del autor en el que además ha conseguido el galardón literario más prestigioso, me ha cogido desprevenida. Y no sólo porque en el momento de verla en la librería no me sonase, sino también por su concepción. Visto el argumento puede parecer una simple novela de espionaje, sin embargo es mucho más que eso. En primer lugar el autor nos adentra en la historia de una forma que parece seguir la tradición oriental de recordarlos antepasados de las familias. Vamos haciendo un recorrido por la familia y sus lazos de unión con las matemáticas y aprovecha así para introducirnos un colorido y unos conceptos como la interpretación de sueños, que tienen mucho de tradicional.

     La historia, más que una novela trepidante a las que ya podemos estar acostumbrados y en las que vamos con la lengua fuera entre las páginas, es una historia de personajes. A quienes realmente conocemos y tratamos es a quienes la pueblan, y principalmente a su protagonista. Parándose en los detalles vamos descubriendo sus obsesiones, su aislamiento, conscientes de la posibilidad de que se rompa e interesándonos casi más por él que por su trabajo (y eso que la cartografía me parecía un tema harto interesante). Pasamos por su vida observando todo como si pudiéramos desentrañar también algún tipo de código.

  En su conjunto me he encontrado con una novela muy diferente a lo habitual, marcada por la procedencia del autor, bastante minuciosa y que se disfruta despacio. De hecho me ha durado más de lo normal.

     Como comento a lo largo de la entrada, me he encontrado con una historia marcada por trazos orientales, y eso para mi muchas veces es un atractivo, la curiosidad por ver y conocer. Y a vosotros, ¿os atraen las ambientaciones o los libros de culturas diferentes a las vuestras o se os antojan extraños?

     Gracias

     Hoy os dejo el book trailer:


jueves, 26 de junio de 2014

Todas las historias de amor son historias de fantasmas. D. T. Max




     "En el momento de su trágico suicidio en septiembre de 2008, David Foster Wallace era el escritor más destacado de su generación, el que había abierto el camino más novedoso y al que los demás, de forma directa o indirecta, tomaban como guía."

     Tengo en casa un estante dedicado a biografías. Es, casi con total seguridad, mi estante más personal ya que si compro una biografía suele ser porque me atrae la persona de la que trata, no es un género en el que entre "por probar". Hoy traigo una de ellas a mi estantería virtual, se trata de Todas las historias de amor son historias de fantasmas. Una biografía de David Foster Wallace.

     Supongo que todos los lectores tenemos un puñado de escritores que nos atraen poderosamente. David Foster Wallace tal vez ha sido de los últimos en conseguir que sus seguidores se contasen tanto por su obra como por su propia personalidad. De este modo, cuando en septiembre de 2008 se colgó en el porche de su casa, muchos fuimos los que contuvimos el aire esperando... en realidad no sé qué esperábamos.
     David Foster Wallace nos ha dejado varias novelas, ensayos, cuentos... pero siempre que se habla de él, nos viene a la cabeza La broma infinita, es inevitable. Y por eso también la encontrarnos este libro lleno de referencias a dicho título y de pequeños detalles personales que luego pudimos leer en él convirtiendo esta biografía, al menos a ratos, en una suerte de homenaje a su broma.

     Ahora debería de decir que en este libro conocemos a Wallace. Y es cierto que descubrimos el motivo de sus perennes pañuelos, que nos hablan de timidez, miedo al rechazo, adicciones, Alcohólicos Anónimos, problemas de adaptación, obsesiones, nervios... nos descubren a un hombre que es como un caleidoscopio de fantasmas dispuestos a atormentarlo y ni aún así nos sentimos apenados. Simplemente nos fascina. Y descubrimos el eco de sus fantasmas en sus obsesiones a lo largo de su obra, la televisión, el aburrimiento, el sistema, el capitalismo... y comprendemos la fascinación que provocaba. Ese punto de anormalidad condensado en mil manías que hace que no apartemos la vista de su persona, exactamente igual que muchos caímos rendidos a su obra.

     Este libro que comienza hablando de las reacciones a la muerte de Wallace, no va dirigido únicamente a quienes leyeron su obra (aunque leerlo puede ocasionar unas tremendas ganas de acudir a ella), y eso es precisamente lo bueno. Nos permite acercarnos a un niño normal, un estudiante brillante, y un hombre torturado por sus fantasmas, y de este modo conocer al que ya es uno de los grandes nombres de la literatura contemporánea. El autor, que no conoció a Wallace salvo por verlo una vez en persona, se documenta de forma minuciosa hablando con amigos y parientes y teniendo acceso a materiales inéditos, cartas y entrevistas. De este modo, consigue que con este libro el lector se sienta como una suerte de amigo imaginario del desaparecido escritor. Como si pudiéramos ir a su lado, como el mejor de sus amigos (y tal vez el único) al que nadie puede ver.

     He disfrutado mucho de esta lectura, por eso a sabiendas de que me estoy repitiendo, insistiré en que no es una biografía para fans, sino para cualquiera que sienta curiosidad por una de las voces literarias contemporáneas.

     Y vosotros, ¿os animáis a leer biografías alguna vez?

     Gracias

     PD. No me resisto a poner la primera cita que aparece en el libro sobre una fotografía de Wallace:

     "Lo que pasa por dentro es simplemente demasiado rápido y enorme y completamente interconectado para que las palabras consigan algo más que apenas esbozar los contornos de como mucho una parte diminuta de ello en cualquier momento determinado."
     El neón de siempre
     David Foster Wallace

martes, 24 de junio de 2014

El paso de la hélice. Santiago Pajares




   " David llevaba tanto tiempo esperando solo en la mesa del restaurante que comenzaba a sentirse incómodo. Rodeado de parejas que celebraban cenas románticas, se dedicaba a darle vueltas al móvil y beber a pequeños sorbos su vino blanco. Había llamado a Leo Baela tres veces sin respuesta, y las continuas visitas del maître preguntando por su acompañante le estaban crispando los nervios."

     Hoy traigo un libro que fue publicado en 2004 con un éxito que se medía más en la satisfacción de los lectores que en el número de ejemplares vendidos. Rescatado de las garras del olvido por Destino, sin haber perdido frescura, traigo a mi estantería virtual, El paso de la hélice.

     Conocemos a David, un editor que recibe de su jefe encontrar al autor más famoso de su editorial, para así poder publicar el siguiente título de una saga comenzada con La hélice. Lo necesita o toda la editorial puede ir al traste y el misterioso autor parece haber desaparecido. Por eso lo envía a un pueblo del Valle de Arán en el que acaso resida Thomas Maud. Y allí lo acompañamos buscando escritores escondidos y manos con seis dedos mientras mira de reojo a su mujer.
     Y también conocemos a Fran, un joven drogadicto que lee el libro y, de algún modo al hacerlo algo hace "click" en su cabeza y decide desengancharse y cambiar su vida. Junto a él haremos un terrible viaje al mundo de las drogas y también al de la superación.

     Menuda sorpresa ha sido este libro. Una historia sobre un hombre que se juega su seguridad por encontrar a un escritor que no quiere ser encontrado. Un escritor que consigue una obra que hace a la gente replantearse cosas, cambiar...y que lo hizo con millones de lectores y sigue prefiriendo el anonimato.Y una demoledora visión de los jóvenes que se enganchan a las drogas. Todo eso es el libro que os traigo, y también habla de inseguridad, miedo a la soledad, a la edad, de lealtad... muchos son los ingredientes que combina este autor entre historias inventadas y algún que otro demonio interior.

     La historia está contada de una manera fresca y sencilla que te permite pasar las páginas sin apenas darte cuenta y sonreír incluso cuando te topas con personajes que, leyendo la famosa obra que busca el protagonista, no son capaces de cerrar el libro. Porque eso es justo lo que nos pasa. Primero movidos por la curiosidad, por ver si nos van a desvelar la trama de tan fantástica historia,luego conmovidos por hombres sencillos que se agarran a lo que les da la vida, o por escenas inolvidables de árboles tallados (hay un momento en que nos hablan de un bosquecito ligado a las personas que me pareció particularmente hermoso, casi poético, y que no desvelaré el motivo para no privaros del placer de descubrirlo). El narrador consigue además que visualicemos las escenas, las torpezas, el calor de las relaciones fraguadas en entornos pequeños y las confianzas depositadas sin necesidad de extenderse en descripciones.

     Y al final... al final las cosas encajan de una forma casi natural. No busca sorprendernos como tampoco lo hizo durante el resto de la trama, pero el engranaje se mueve despacio y, personalmente, me dejó con una sonrisa en los labios. ¿De satisfacción? Puede, pero también de complicidad. Y es más que posible que esa sonrisa sea la responsable de que vaya a recomendar este libro a muchas personas a lo largo del verano. Y también, por qué no admitirlo, el motivo para buscar más obras del mismo autor.

     Preguntan en El paso de la hélice si un libro puede cambiarte la vida.Yo creo que sí. Por su lectura, por la forma en que nos llega o el modo en que lo dejamos ir, por quien lo presta o lo recibe, por los ratos que pasamos comentándolo. Quien sabe... incluso puede vayamos leyéndolo y, por no mirar, nos caigamos encima de esa persona especial.

     Y vosotros qué me decís, ¿puede un libro cambiarnos la vida?

     Gracias

lunes, 23 de junio de 2014

Mañana todavía. Doce historias para el siglo XXI.




     "En 2014, treinta años después de cruzar el 1984 imaginado por George Orwell, las distopías están de actualidad. Por un lado, se ha producido un boom del género en su vertiente juvenil, auspiciado sin duda por el éxito de la trilogía de Suzzane Collins Los juegos del hambre. Por otro, la crisis económica y la desafección política, con su consiguiente desconfianza hacia el futuro, han alimentado una mirada pesimista, y al mismo tiempo admonitoria, que encaja perfectamente con las bases del género. Las cosas aún podrían ir peor, parece que queremos decirnos, no se sabe si para evitarlo o para prepararnos."

     Así comienza el magnífico prólogo a estos relatos escrito  por Ricard Ruíz Garzón. Ante un comienzo así, cuando uno echa un ojo a este libro...no le queda otro remedio que acabar comprándolo, por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Mañana todavía.

     Esta vez es un libro de relatos con un tema común: son distopías. Cada relato está escrito por una pluma diferente, y así encontramos a Laura Gallego, Emilio Bueso, Elia Barceló, Juan Jacinto Muñoz Rengel, Marc Pastor, Félix J. Palma o Rosa Montero entre otros. Cada uno con sus formas, cada uno con su estilo, pero todos con el denominador común de hacernos partícipes de un futuro, de un nuevo orden social en nuestro mismo planeta y... que no lo veamos tan lejano.

     Tengo que reconocer que he disfrutado y mucho de esta lectura. A momentos me estremecía pensando en el poder de las redes sociales y lo que pueden suponer en un futuro no tan lejano, o me veía en un mundo que iba a descubriendo girado del nuestro, o recordaba esas caravanas del lejano oeste... pero con una pequeña diferencia: el calentamiento global. He visto por ojos ajenos, descubierto chips, intentado diferenciar a inteligencias artificiales de las personas y he recordado el placer de la lectura. Porque también he encontrado alusiones a la lectura en varios relatos, al avance al modo, a las formas, al lenguaje... y ha sido una grata sorpresa añadida.

     Soy consciente de que el relato es un género que a muchos os echa atrás pero seamos justos, condensar una historia en apenas un puñado de páginas y que no necesitemos más es realmente un trabajo asombroso. Y poder parar una lectura a intervalos más cortos sabiéndola terminada para zambullirnos directamente en otra y luego obtener una visión de conjunto es un placer añadido. Por eso no puedo dejar de recomendaros que os acerquéis al género. Y este es un muy buen ejemplo.

     Hoy os invito a soñar con futuros inciertos tan imperfectos como el presente que nos toca vivir. Otro orden, otra sociedad, el mismo mundo, las mismas ciudades y poblaciones que ya conocemos, para que nos podamos sentir un poco como en esa escena archiconocida en la que las ruinas de una ciudad destapaban que no era otro planeta el que estaba dominado por los simios. Ahora os pondría la definición de distopía.... pero como bien dice Ricard en el prólogo, la RAE aún no incluye su definición. Así que os toca a vosotros internaros en ellas.

     Y ya que hemos hablado de relatos, decidme, ¿os influye que un libro sea de relatos para llevároslo a casa?

     Gracias

viernes, 20 de junio de 2014

Fuego blanco. Douglas Preston & Lincoln Child




     "30 de agosto de 1889
     El joven doctor se despidió de su esposa en el andén de Southsea, embarcó en el expreso a Londres de las cuatro y cuarto y llegó tres horas más tarde a Victoria Station. Abriéndose paso entre el ruido y el bullicio, salió de la estación y paró una calesa."

    Llevo años siguiendo la trayectoria de Pendergast. Un personaje carismático que es viejo conocido de millones de lectores: figura alta, ropa negra, piel pálida, pelo blanco y ojos grises con un acento casi dulce que trabaja para el FBI resolviendo casos imposibles. Cuando me enteré de que iba a salir un libro nuevo de la saga, marqué el día en el calendario. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Fuego blanco.

     Corrie Swanson estudia en la Universidad John Jay de Criminalística. Esta joven, protegida de Pendergast, es una mujer impulsiva e inteligente que decide elegir como proyecto para una beca el caso sucedido hace años de unos mineros devorados por un oso y estudiar así sus huesos para analizar sus lesiones. Lo que fuera una mina hoy es una ciudad de alto standing dedicada al esquí y no parece hacerles ninguna gracia que esta joven llegue a remover el pasado. La primera medida disuasoria es meterla en prisión, así que su protector deberá de ir a echarle una mano mientras comienzan a arder casas en esta pequeña ciudad... con sus residentes dentro.

     Lo primero que hay que señalar cuando se trata de una saga es si el libro puede leerse de forma independiente: bien, en este caso sí. No desarrolla una trama personal paralela al asesinato que nos pida un conocimiento previo y el no habernos acercado nunca a estos autores no hace que se nos escapen hilos pese a ser el volumen número 13 de dicha saga. El único riesgo es que os guste y queráis leerlos todos. Sé de lo que hablo, a mi me pasó...

     Pendergast es un personaje carismático rodeado de enigmas que resulta muy atractivo. Por si eso fuera poco, nos encontramos con una curiosa cena a la que acuden gigantes de la literatura hace más de un siglo, y buscamos el motivo de ese salto en la historia: lo hay, en el caso de estos autores siempre hay un motivo. Y mientras buscamos el motivo disfrutamos con la anécdota: la confidencia recibida por Doyle que de alguna forma lo dejó marcado. Y de un entorno en las Montañas Rocosas al que yo puse las calles y habitantes de Innsbruck desde casi el primer momento.
     Todo esto es lo que nos encontramos para aderezar un par de misterios cruzados que son conducidos con una tremenda agilidad por parte de los autores. Hay fuego, muertos del pasado que desvelan secretos y muertos en el presente que tal vez escondan también algún secreto. Literatos, policías locales, agentes especiales, militares retirados y también caciques locales. No faltan ingredientes en este novela para despertar la nuestra atención e interés desde las primeras páginas.

     Literatura de evasión, de entretenimiento, en la que lo que se busca es que el lector se quede "cinco minutos más" y en mi caso logra que deje de mirar el reloj. Un ritmo que va en aumento a medida que avanzamos páginas y un lenguaje que huye de tecnicismos o grandes parrafadas que puedan ralentizar la acción, son el resto de los ingredientes de una novela que me ha durado una tarde.

     En fin, que me engancho a sagas. Como todos, supongo, y lo hago consciente de sus virtudes y sus defectos. Así que decidme, ¿hay alguna saga a la que restéis enganchados?

     Gracias

jueves, 19 de junio de 2014

La transmigración de los cuerpos. Yuri Herrera




     "Lo despertó una sed  lépera, se levantó y fue a servirse agua pero el garrafón estaba seco y del grifo escurría nomás un hilo de aire mojado. Miró con rencor el tercio de mezcal sobre la mesa y sospechó que ése iba a ser un día horrible. No podía saber que ya era, desde hacía horas, verdaderamente horrible, mucho más que el infierno íntimo que se había procurado a tragos."

     Y cuando uno lee un título así se descoloca y no tiene claro lo que va a encontrar entre sus páginas., Ya lo había hecho el autor con títulos anteriores, y ahora repetía. Así que tenía que traerlo, era casi imperativa su lectura. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, La transmigración de los cuerpos.

     Conocemos a El Alfaqueque, un hombre de esos que dicen con labia, de los que manejan las palabras y entrar y salir de barrios bajos y mediar entre bandas que nos pondrían los pelos de punta. En mitad de una epidemia... o en mitad de un asunto amoroso basado más en carne que en espíritu, se ve empujado a hacer de improvisado negociador entre dos familias. Cada una tiene el hijo de la otra y han de intercambiarlos, aunque sea muertos.

     Es curioso como se puede decir la palabra "epidemia" y que no sea la protagonista de la historia, sino la excusa para el aislamiento. Una ciudad en una situación extrema contada por un hombre de la calle cuyo mayor y mejor arma es la palabra y lo sabe, y adquiere así un tono casi irónico, como aquel que está ya de ida y vuelta de casi todo. De este modo entramos a ver como la usa para ligarse a su vecina, dejando al lector que piense que "no es interesante" y entonces gira dando un salto mortal y nos deja caer en la verdadera historia: el intercambio.
     Dos familias, una rivalidad, secretos y un punto intermedio necesario para lograr un fin. Y en ese punto se coloca nuestro protagonista para intentar hacer lo que mejor sabe: mediar.

    Casas cerradas, miedo, podredumbe y decadencia son el entorno en el que le toca desarrollarse a esta historia que, una vez superadas las primeras páginas y el uso de algunas palabras en mexicano que nos pueden descolocar, disfrutamos hasta la última letra. Reflexiones, pensamientos, palabras... porque estamos ante un libro cuya historia trata de la palabra. Y que se disfruta con cada una de ellas.
   
     Yuri Herrera: un descubrimiento ya confirmado.

      Antes de que empiecen a surgir listas por todas partes decidme una cosa, ¿sois de los que planeáis las lecturas vacacionales?

     Gracias

     La gente toda es como estrellas muertas: lo que nos llega de ellas es distinto de la cosa, que ya ha desaparecido o ya ha cambiado, así sea un segundo después de la emisión de luz o de la mala obra.
La transmigración de los cuerpos

miércoles, 18 de junio de 2014

Cenizas para un blues. Fernando de Cea




    "Probando: uno, dos, tres...¿Se me oye bien? A ver, ¿esto funciona? Parece que sí. Bueno, comenzamos...  Pero ¿por dónde empezar? La situación no puede ser más extraña: aquí, yo solo, hablando conmigo mismo, frente a un micrófono, en una lúgubre habitación que está pidiendo a gritos una mano de pintura, sumergido en un hostal barato, perdido en el dédalo de callejuelas estrechas del barrio popular que me vio crecer."

     Ya me habéis leído más de una vez y de dos, comentar que la novela negra no hace falta buscarla en esos lejanos países con ciudades o islas impronunciables. Muchas veces la encontramos más cerca de lo que pensamos y prueba de ello es que en los últimos tiempos, poco a poco se van haciendo hueco grandes nombres dentro de nuestras fronteras. Hoy traigo a mi estantería virtual una de estas novelas negras que encontramos sin movernos de nuestras fronteras, se trata de Cenizas para un blues.

     Conocemos a Sam, una subinspectora de policía que dimite de su trabajo desencantada con su jefe. Gracias a Merche, periodista, consigue un trabajo como detective privada que le permitirá seguir investigando. En su nuevo trabajo, Sam es contratada para investigar un secuestro sin saber que este caso puede estar relacionado con una investigación policial en curso sobre la fuga de un preso.

     Descubrí a Fernando de Cea con su anterior libro Puentes y sombras. De hecho, el libro que hoy traigo sería la continuación, aunque el autor ha cuidado mucho que ambos puedan leerse de forma independiente sin que el lector se pierda si decide comenzar por el segundo. Aficionado al cine, deja ver esta pasión en sus letras al encontrarnos ante una novela de esas que dicen cinematográficas por la capacidad que tienen de conseguir que el lector visualice lo que se nos va relatando pese a que no abundan las descripciones.

      Esta vez la historia es mucho más negra, entra en la prisión y aborda temas como la corrupción añadiendo complejidad a los personajes de la historia. La línea entre lo bueno y lo malo se desdibuja en algunos momentos permitiendo a sus personajes pisarla y eso provoca que los sintamos más vivos al dejarnos asomarse a impulsos o sentimientos. Quizás sea el mayor cambio que he notado; la complejidad, las aristas en sus protagonistas. De entre todos ellos destacaría a Sam y a Cisco, un viejo conocido que gana protagonismo en la historia.

     Novela coral, alterna voces y acciones dejándonos pistas que recoger a lo largo de la historia consiguiendo así captar el interés del lector desde las primeras páginas. No diré que tiene un ritmo trepidante, pero si una narración ágil que no decae en ningún momento y que queda cerrada con un final que me ha parecido más que adecuado a la historia.
   
     Una historia francamente entretenida, ambientada en Sevilla, que hará disfrutar a los amantes del género.

     Y vosotros, ¿sois de los lectores que buscan nombres dentro de sus fronteras?

     Gracias

     PD. Ahí está el título, y aquí la canción. No digo más.



lunes, 16 de junio de 2014

Marea viva. Cilla y Rolf Börjlind




     "En la ensenada de Hasslevikarna, isla de Nordkoster, la diferencia de nivel entre flujo y reflujo suele oscilar entre cinco y diez centímetros, salvo cuando hay marea viva, un fenómeno que se produce cuando el sol y la luna se alinean con la tierra. Entonces la diferencia alcanza casi el medio metro. La cabeza de un ser humano mide más o menos veinticinco centímetros de alto.
     Se suponía que esa noche habría marea viva."

     Hay libros que nos los regalan y no los conocemos de nada, así que toman posesión de su espacio hasta que llegue su lectura, y quedan muchas veces olvidados durante largo tiempo. Eso le pasó al libro que hoy traigo a mi estantería virtual, se trata de Marea viva.

     En 1987 una mujer embarazada aparece asesinada en una playa. Se encarga del caso Tom Stilton pero, por algún motivo no consigue resolverlo.
     2011, conocemos a Olivia Rönning, una mujer que se prepara para ser policía y que elige como caso abierto de fin de año el de la mujer asesinada en la playa. Para intentar resolverlo durante las vacaciones, lo primero es encontrar a Tom, aunque la cosa no parece fácil.

     El libro, compuesto por diversas voces y tramas paralelas, consigue enganchar al lector desde sus primeras páginas movido por la curiosidad. Poso a poco a medida que llegamos a la mitad de la historia, vemos como esas tramas empiezan a encajar componiendo una novela negra que no desaprovecha una línea para hacer una crítica social que refleja, sobre todo la situación de los mendigos sin techo. Así vemos hambre, suciedad, prostitución, inseguridad, peleas.. como un elemento más de las calles y la trama de la historia.
     No sé si por estar acostumbrados a guiones, los autores nos cuentan una historia repleta de giros (y alguna pirueta) que se lee con bastante rapidez. Sobre todo la parte final es prácticamente imposible soltarla, máxime cuando sabemos que habrá un golpe de efecto en cualquier momento. En cuanto a los personajes, si bien Olivia es un personaje femenino bastante bien perfilado, pronto queda eclipsada por Tom Stilton, una de las grandes revelaciones de la historia. Es de esos personajes que van creciendo página tras página consiguiendo que el lector tenga casi tanto interés en saber cosas suyas como de la historia que nos están contando.

     Veintiséis son los guiones sobre Martin Beck que ha escrito este matrimonio. Impresionante. Así que algo de práctica tienen a la hora de escribir juntos. Y se nota. Porque Marea viva no parece una primera novela en absoluto.
   
     Empezamos la semana con una novela negra de esas que se dicen adictivas y que en mi caso, suelo reservar para las horas de piscina o playa. Si lo que buscáis es una historia que no os deje levantar la vista de sus páginas: esta es la vuestra.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias

sábado, 14 de junio de 2014

Colas



     "Los malos libros provocan malas costumbre y las malas costumbres provocan buenos libros."
     René Descartes

     Es curioso lo que sucede todos los años cuando llegan las ferias. Os cuento... resulta que me paso el año leyendo sobre lo malo que debe de ser comprar tal o cual libro, que este premio o el otro fijo que ni merecen la pena, que el presentador/político/artista que saca un libro lo hace porque se autopromociona pero que nadie lo lee.... y en la feria tienen sus colas llenas para las firmas.

     Al final he pensado que si un libro vende xx mil ejemplares... ¿será que alguien lo compra, no? Así que toca confesar, venga... seamos sinceros. Hay veces que vamos a comprar libros a una librería y lo hacemos conscientes de lo que nos llevamos a casa, por eso parecemos adolescentes comprando una caja de preservativos. Cabeza a medio camino entre alta o baja, mirada segura, tono neutro y cuidado no nos vean. Porque existe un cierto pudor en muchas personas a la hora de confesar ciertas lecturas; cuesta menos decir que se ha leído el fin de semana Intemperie a confesar haber echado un ojo al último libro de Miguel Ángel Revilla, Y si lo compramos, era para un regalo. Pero al final nos podemos encontrar con la sorpresa de que picamos en algunos de estos libros conscientes de que lo hacemos movidos por la curiosidad, o por algún tipo de fuerza extraterrestre, lo mismo me da.

     No voy a entrar a valorar la literatura haciendo una línea divisoria entre libros buenos o malos, porque es una línea que no soy capaz de trazar con el criterio adecuado. Pero está claro que leo de ambos márgenes y además de forma consciente. Y los disfruto, claro. Por mucho que a uno le gusten, no puede pasarse la vida leyendo a Bolaño y a Faulkner, también nos asomamos a bestseller y a autores que hasta ayer no conocíamos y así descubrimos más "buenos libros". Pero no me refiero ahora a este tipo de lecturas, sino a esas otras... ya sabéis cuales.
     Según la prensa, las cosas han cambiado en los últimos tiempos, y las colas para conseguir una firma son las encargadas de mostrarlo cuando llega una Feria. Nos las encontramos frente a autores mediáticos y no podemos evitar compararla con la de aquellos nombres ya consagrados en el mundo de las letras. Y ya sabemos todos quien sale ganando. Nos agarramos entonces a que tal vez sea porque quieren la firma de esa cara conocida y, si eso les supone pagar el precio de un libro, merece la pena. A fin de cuentas han podido estar un rato delante, a apenas un metro e incluso hablar y hacerse una foto, de....poner nombre aquí... Y eso que tras un breve intercambio de palabras ayer en una red, me di cuenta de que hay autores que también sufrirán el efecto contagio, y nos costará más acercarnos a sus títulos por pertenecer a este mundo mediático.

     Hoy toca confesar si hemos sucumbido, no preguntaré si por compra o regalo, a alguno de estos títulos. No digo que nos haya gustado, pero un pequeño vistazo... venga, confesemos ¿tenéis algún libro en casa de esos que se nombran casi como si fuera una confesión?

     Gracias

     PD. Yo no tengo ninguno, por supuesto. Es más... si alguien mira en el historial del blog y descubre el libro de Jorge Javier Vázquez... bueno, ese día... ese día... bueno, que fue un día. Uno. Y nada de sonrisas que os estoy viendo.

viernes, 13 de junio de 2014

Una y otra vez. Kate Atkinson




     "La recibió una bocanada de humo de tabaco y aire bochornoso cuando entró en el café. Fuera llovía, en los abrigos de pieles de algunas mujeres del local aún temblaban gotitas cual delicado rocío. Un regimiento de camareros con delantales blancos se movía rítmicamente de un lado a otro satifaciendo las necesidades de los ociosos Münchner: café, pasteles y cotilleos."

      Sabéis esto que vas a la librería y miras un libro, lees la sinopsis y te atrae, pero lo posas porque hoy no quieres comprar nada. Otro día pasas por otra y ahí está, tentándote, pero no te viene bien porque tendrás que cargar con él el resto del día... y entre una vez y otra le das vueltas a dicha sinopsis cada vez más intrigada. Pues eso más o menos es lo que me sucedió con el libro que hoy traigo a mi estantería virtual, hoy traigo Una y otra vez.

     Conocemos a Úrsula, la tercera de los hijos del matrimonio formado por Silvia y Hugh. Pero la conocemos como nunca hemos conocido a nadie, lo haremos en cada decisión, cada variante, cada posibilidad de volver atrás para enmendar las decisiones tomadas.

     Imaginad que cuando algo sale mal podemos rehacerlo. Que si en nuestra vida sucede algo terrible, podemos volver atrás a unos minutos antes y conseguir que transcurra de otro modo. Y así cada vez. Pues justo eso es lo que nos propone Kate Atkinson en esta novela. Úrsula puede nacer con el cordón umbilical enrollado al cuello y que el médico no llegue a tiempo, pero también puede llegar a tiempo y salvarla la vida. Puede sufrir una terrible agresión sexual, o que se quede en un beso, puede.... mil veces reinventarse la línea de su vida a lo largo de la historia para gozo y disfrute del lector. Ya en las primeras páginas Úrsula está en un café para disparar al Führer... o no. La historia va y viene de una forma perfectamente estructurada para que el lector no se pierda entre recuerdos y ahora, porque además Úrsula recuerda cada variante vivida y cuando tu vida comienza en 1910 te va a tocar además una época sobre la que hay mucho que decir. Y de camino vamos conociendo a sus padres y hermanos, a sus tíos; su entorno. Y aún un poco más, ya que la protagonista hablará con su médico sobre la concepción del tiempo y serán estas partes las utilizadas para dirigir al lector como si fuera una suerte de guía y discusión sobre las intenciones de la propia autora al escribir el libro. Y no viene mal cuando sabemos que al pasar la página todo puede cambiar, cada vez.

     Todo esto convierte a este título en una novela de esas que dan vértigo y te tienen agarrado a sus hojas mientras vas dando giros y recolocando piezas, sabiendo que forman parte de algo más grande. Y entonces entramos en Londres, en pleno bombardeo y dejamos de agarrarnos para dejarnos engullir por la historia. Es impresionante la parte dedicada a este momento En realidad no, en realidad lo impresionante es la concepción misma de esta historia y como Atkinson logra dibujar a sus protagonistas a la perfección; como consigue que no nos perdamos pese a los saltos temporales; como nos da casi fotos de algunos de los momentos más importantes de nuestra historia reciente.

     Una de las cosas que me atrajo de este libro fue lo peculiar de su sinopsis. Me he encontrado con una novela que no puedo dejar de recomendaros. Merece la pena.

     Suelo comenzar comentando la forma en que llego a los títulos que traigo, y también pongo de forma semanal librerías en una ruta por estos establecimientos que son fuente segura para llegar a títulos inolvidables. Hoy os pregunto a vosotros, ¿me podéis decir el nombre de alguna librería que os llame la atención ya sea porque la frecuentáis o porque os gustaría conocerla?

     Gracias

     PD. Sí, yo también pensé en Atrapado en el tiempo.

jueves, 12 de junio de 2014

En Grand Central Station me senté y lloré. Elizabeth Smart




     "Estoy en una esquina de Monterrey, de pie, esperando que llegue el autocar, con todos los músculos de mi voluntad reteniendo el terror de afrontar lo que más deseo del mundo. La aprensión y la tarde de verano me resecan los labios, que humedezco cada diez minutos, a lo largo de las cinco horas de espera.
     Pero es ella, son sus ojos los que se adelantan, de entre los vulgares pasajeros, para tranquilizarme; el autocar no ha traído desastre. Sus ojos de madona, suaves como niños, confiados como quienes ignoran el mal. Y por un momento, ante esa mirada, me siento feliz de renunciar a mi futuro, de aplazar indefinidamente el milagroso incendio. Sus ojos llueven inocencia y sorpresa sobre mi."

     Hay títulos que atraen, otros repelen y luego están mis favoritos, los que suenan al oído. Siempre he pensado que las estaciones son lugares especiales para observar a la gente. Pequeños universos de despedidas y reencuentros entre personas que, muchas veces y sin buscarlo, muestran su vulnerabilidad. Por eso me llamó tantísimo la atención este título. Hoy traigo a mi estantería virtual, En Grand Central Station me senté y lloré.

     Conocemos a Elizabeth Smart, pues el libro es autobiográfico, una mujer que se enamora sin remedio de un hombre casado. Una relación tormentosa en la que hay culpa, crítica, pasión y cuatro hijos, contada en primera persona.

     La autora de este libro se enamoró del poeta George Barker y eso cambió su vida. Desde el momento en que leyó un poema suyo, sin verlo, se enamoró. Y con él viviría un romance apasionado que provocaría el rechazo de su familia, aguantaría promesas que nunca llegó a ver y nos hablaría de ello en este libro publicado en 1945. Casi afirmaría que el único lugar en el que consiguió tener al hombre de quien estaba enamorada sólo para ella fue en estas letras. Una novela que en el momento de ver la luz sufrió una persecución en su propia casa cuando la madre de Smart intentó comprar todos los ejemplares para poder hacerlos desaparecer, pero que sin embargo pronto se convertiría en una obra de culto. Finalmente, y para terminar con las asociaciones, esta novela tuvo su respuesta por parte del poeta en su obra La Gaviota muerta.

     Diez partes, momentos, una pasión, y una relación y sus consecuencias. Eso es lo que nos encontramos en esta novela. Pero hay, como no puede ser de otra forma en los buenos libros, mucho más que eso. Hay una forma magistral de escribir que hace que seamos capaces de ver cada palabra. Palabras que se acercan a la poesía por lo hermoso de sus formas y que obligan al lector a anotar una y otra vez pequeños fragmentos. Y hay, por encima de todo, una historia de sentimientos. Se ha comentado en alguna ocasión que a este título le falta peso argumental para ser una verdadera novela. Yo no diría eso, sino que lo que sucede es lo que la protagonista/autora siente y eso queda perfectamente reflejado en cada página. No sólo la pasión abrasadora, sino las terribles consecuencias en la sociedad de la época de mantener  una relación adúltera.

     Hoy traigo una historia que está formada por torrentes de sentimientos en forma de palabras. Todo lo que puede sentir Elizabeth está ahí. Ella misma se desnuda, se deja ver y nos muestra cada parte como si con ello fuera a sentirse mejor. Y convierte este título en una novela para leer a solas, paladeando cada palabra.

     Y vosotros, ¿cuándo miráis los títulos de las novelas jugáis a adivinar de qué trata el libro antes de leer la sinopsis?

     Gracias

miércoles, 11 de junio de 2014

NOS4A2 (Nosferatu). Joe Hill




     "La enfermera Thornton se pasó por el pabellón de los enfermos de larga estancia un poco antes de las ocho con una bolsa de sangre caliente para Charlie Manx.
     Iba con el piloto automático puesto, con la cabeza en otra parte y no en su trabajo."

     No fue la impactante cubierta lo que primero me llamó la atención del título que traigo hoy, sino el ingenioso juego de palabras que supone esta mezcla de letras y números que le da título. Hoy traigo a mi estantería virtual, Nos4a2.

     Cuando conocemos a Vic McQueen es una niña con un talento especial. Cuando coge su bicicleta es capaz de atravesar un puente que la conecta con su deseo de encontrar cosas; ya sea una mascota o un brazalete ella llega. Lo que no sabe es el alcance que puede tener su don. Ahora es adulta y recuerda aquello como una suerte de juego imaginativo, hasta que no la queda más remedio que mirar de frente a todos esos detalles que había ido rechazando a lo largo de su vida.
     Conocemos también a Charlie Manx, un hombre que ha secuestrado a incontables niños usando su Rolls Royce Espectro para ello. Dice que los saca de hogares que los dañan para llevarlos a Christmasland, un parque de felicidad. No es así exactamente... como tampoco es exactamente un vampiro, aunque cuente con su sirviente.

     Este libro es la mayor de las novelas de Joe Hill hasta el momento y también en la que se ha dejado llevar más hacia la fantasía. Da la sensación de que, no sólo ha perdido miedo a ser comparado con su padre (Stephen King) sino que él mismo hará pequeñas referencias al mismo a lo largo de la obra. De este modo los amantes de las novelas de su padre se encontrarán con un mundo mágico, niños con poderes que les dan poder, un coche malvado, bicicletas para correr... y no podrán evitar pensar en La Torre oscura, Christine, It... y sonreírse mientras avanzan por la historia. Una historia que, pese a ser de terror, nos deja pequeños guiños a otras obras cargados de sentido del humor, como el hecho de que Vic cruce un puente lleno de murciélagos y llame a su hijo Bruce Wayne.

     Ya en las primeras páginas nos llama la atención el personaje de Vic, una niña que huye buscando cosas, y así la vemos: "huye". Porque su casa no es precisamente el paraíso aunque ella se empeñe en no notarlo en ese momento. La bicicleta es su vía de escape hacia ese otro mundo en el que se puede encontrar justo lo que se necesita y arreglar las cosas, pero también lo es hacia una extraña niña que le hablará de más personas como ellas, y mundos a los que llegar; y le hablará por primera vez del Espectro. Y recibirá sus consejos: No lo busques, ten cuidado que tu don tiene un precio también. Sin embargo ya sabemos nosotros a esas alturas, y aún estamos comenzando la historia, que el encuentro es inevitable. La historia trata precisamente de las consecuencias de ese encuentro y del futuro de ambas partes. Viajamos hasta el presente, un momento en el que Vic tiene que salvar a su propio hijo: la lucha se prevé encarnizada.

     Y todo esto lo hace Hill a ritmo de villancicos sin importar que sea pleno verano, tanto en su novela como en el momento que la leemos. Y consigue convertir esa época del año en algo asfixiante y terrorífico y también que tarareemos villancicos mientras vamos leyendo. Retuerce cada rasgo convirtiendo lo que podrían ser pistas de hielo en improvisados almacenes de espectros, el pan de jengibre en una trampa mortal y los árboles adornados en souvenirs. No deja nada al azar para engancharnos al hilo de una novela completa en la que no quiere dejar ningún resquicio, mil y un pequeños detalles van apareciendo para enseñarnos también una historia de amor, de familia, de búsqueda y de redención.

     Hoy traigo una novela que, pese a ser voluminosa, se lee con bastante rapidez. Una historia a la que hay que llegar evitando comparaciones con su padre para poder disfrutar de sus letras.

     Y vosotros, ¿os cuesta desvincular a determinados autores de sus parentescos, profesiones... a la hora de decidir si leer sus libros?

     Gracias

     PD. Recordad, no hay que montarse en el coche de personas que no conozcamos. Jamás:



martes, 10 de junio de 2014

El viudo Lovel. W. M. Thackeray




     "¿Quién va a ser el protagonista de este cuento? Yo, que lo escribo, no, pues no paso de ser el coro de la obra. Me limito a observar la conducta de los personajes y a narrar su sencilla historia. Hay en ella amor y matrimonio, amargura y desconsuelo; la acción se desarrolla en la sala de visitas y debajo de ella, aunque, en el presente caso, la sala y la cocina tal vez se hallen al mismo nivel."

     Tenía ganas de traer otro clásico, tanta novedad me termina por saturar y necesito esos libros decimonónicos con los que sé que voy a disfrutar incluso antes de leerlos. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El viudo Lovel.

     Conocemos a Elizabeth, una joven que atrabaja para ayudar a su familia. Cambiará de trabajo cuando un huésped de su madre la ayude para ser institutriz en casa del rico Lovel. Además no sólo es rico, sino también viudo.

     Sirva la declaración del párrafo de la novela, con la que además comienza el libro, para darme pie a avisaros sobre el narrador. Miente. Batchelor, como se hace llamar este narrador, será quien nos salpique la historia de sus juicios e intenciones, mostrando todos sus defectos convertidos en una virtuosa ironía para quien lea el libro. De este modo ni siquiera se molestará en juzgar para justificar la condena hacia aquellos que cree, viven bajo la máscara de las buenas apariencias teniendo luego una cara muy distinta (como es el caso de la suegra de Lovel). De este modo, y con un estilo desenfadado, la historia se convierte el algo casi cómico dejando la narración al ritmo de la ironía y el chiste fácil. Batchelor casi justifica sus modos jugando con la duda sobre si la historia que nos relata es real, dando aún más énfasis a sus palabras.

      Sin embargo, y más allá de ese estilo crítico hasta la saciedad, poco más puedo decir sobre esta novelita. La historia es bastante clásica, recurriendo al tópico de la pobre chica que entra a trabajar como institutriz y consigue que su vida cambie. No cabe duda que la he disfrutado por sus formas y tonos, sobre todo me entretuve pensando en las reacciones de la época ante su publicación, pero esperaba más.

     Hoy traigo un clásico ligero, como un pequeño vodevil literario para quienes teman acercarse a los clásicos pensando que son, en su mayoría, letras pesadas. Porque entre los clásicos, como entre las novedades, hay de todo. Incluso novelas ligeras. Y yo en este caso me quedo con Batchelor.

     Y vosotros, ¿os fijáis en los narradores de las novelas?

     Gracias


lunes, 9 de junio de 2014

Te quiero porque me das de comer. David Llorente




     "El asesino en serie carece de empatía: el asesino en serie acostumbra a cosificar a sus víctimas: las concibe como objetos, nunca como personas: jamás se arrepiente de sus crímenes e incluso, cuando la policía lo detiene, confiesa haber cometido más crímenes de los que realmente cometió."

     Después de haber leído mil veces lo experimental de esta novela tenía bastante curiosidad por el resultado, así que estaba claro que acabaría aquí. Por eso hoy traigo a mi estantería virtual, Te quiero porque me das de comer.

     Hablar sobre Max Luminaria puede parecer lo típico. Hablar sobre el tiempo, la comida, la situación política también es algo típico. Y los institutos, esos entornos que a modo de microcosmos fuerzan las relaciones entre las personas más dispares. Las parejas, claro, las fieles son más fáciles, las infieles en las que se cruzan sentimientos ya son más complicadas. Luminaria es quien no se complica la vida, sobre todo desde que descubre lo que mejor le hace sentir. Quizás porque en realidad no se relaciona. En un instituto la cosa es distinta, hay de todo entre alumnos y profesores. Y entre una amante y una esposa no tengo muy claro lo que hay, tal vez un paso, tal vez un abismo. Por eso sigue siendo más fácil hablar de la política. Claro que si se trata de complicarnos podemos hablar de asesinos. Max Luminaria es un estudiante brillante. Es un asesino brillante también. Todos podemos llegar a serlo. La vida te fuerza a veces a cambiar de rumbo y no sabes dónde vas a terminar. O simplemente lo llevamos dentro, desde las clases de adolescente en ese instituto.

     Acabo de cometer un fallo: he puesto un punto y aparte. La novela no los tiene. Tampoco tiene idas y venidas sino que recrea una suerte de momento a momento. Y eso supone que los instantes se solapan. Si lo piensas es lógico, mientras aquí sucede una cosa en otro lugar está pasando otra: mientras yo escribo esto tú duermes o trabajas o tal vez estás paseando. Y todo eso es la novela de David Llorente. Una sucesión de hechos simultáneos, un imposible literariamente hablando.
      Quizás lo que más me ha sorprendido ha sido la capacidad del autor para elevar al narrador omnisciente a la categoría de un Dios que está mirando desde las alturas lo que sucede en un lugar cualquiera, en este caso un Carabanchel problemático hasta más no poder, e ir girando la cabeza para no perderse un solo instante. Y es que lo que nos encontramos en este libro es el pulso del distrito de Carabanchel y de sus zonas más conflictivas. El propio David nos dice que la gente se acostumbra al terror del asesino, ¿cómo no hacerlo cuando el retrato que nos da está lleno de drogas y putas y palizas? Y en medio de este aparente caos te das cuenta que la historia funciona, que empiezas a conocer a sus gentes, lo que hacen, lo que sienten. Y que te importa. Y por eso sigues leyendo la historia del hombre que fue infiel, o del bar donde se junta la gente del barrio a ver el fútbol pensando que se conocen unos a otros, cuando tú eres el único que los conoce realmente. Y descubres que sí, que ese que se relaciona con el resto es un asesino, pero que "el resto" también tienen historias que bien podrían ser la cabecera de esta reseña. Y todas tienen algo en común, son historias teñidas de negro. Como las sombras de las calles más oscuras de Carabanchel.

     Hoy os invito a asomaros a todas estas historias.

      Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias    

viernes, 6 de junio de 2014

El mar. John Banville



     "Se marcharon, los dioses, el día de la extraña marea. Las aguas de la bahía, toda la mañana bajo un cielo lechoso, habían crecido y crecido, alcanzando alturas inusitadas, las pequeñas olas inundaban una arena reseca que durante años no había conocido otra humedad que la lluvia y lamían las mismísimas bases de las dunas."

     Ayer lo comentaba en la red: ya no hay excusa para no leer a Banville. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El mar.

     Conocemos a Max Modern cuando se retira a un pueblo costero, un lugar que es un viejo conocido para él, a pensar y escribir. Pensar en Anna, su fallecida esposa y en su juventud, en Grace. Y escribir sobre ambas.

     En este libro el narrador nos recuerda su vida en un continuo ir y venir de ese verano al presente. Podría recurrir ahora al mar y hablar de si lo hace como las olas o de si es el propio mar el recuerdo y perderme en simbolismos de los que, a buen seguro, no iba a salir airosa. Además, simbolismos a un lado, si algo recuerdo de la lectura de esta historia son los olores, esos olores presentes y conscientes dentro de las páginas del libro.

     Es una novela intimista en el que el protagonista se sirve de cualquier excusa para perderse en si mismo. Sin embargo, han de pasar unas cuantas páginas para que el lector se vaya dejando enredar en sus palabras. Lo que primero se percibe con una cierta frialdad (aquí me tienta decir eso de el primer pie metido en el mar), pronto se desdibuja para terminar haciéndonos presos de su hermosa forma de narrar. Porque ese es el verdadero punto fuerte de esta historia, las formas, lo formal. Las frases largas que recorren la historia dejando prueba del saber hacer de Banville. Un estilo que debiera de intimidar incluso pero que en cambio nos empuja a seguir leyendo con calma la historia de Max. Un protagonista que se deja llevar por los sentimientos en muchos momentos y que oscila peligrosamente entre temores, soledad o rabia. Porque no todo es hermoso, también hay furia en sus palabras.
     La búsqueda del refugio en el pasado, la conciencia en él, en saber que el pasado, una vez sucedido, puede cambiar para amoldarse a nuestro recuerdo. Como las cosas que nos suceden nos forman y como se confunden en nuestro interior fundiéndose con el presente para ayudarnos a descubrir lo que somos. Porque si algo me queda claro, es que nunca dejamos de conocernos. Hasta la muerte también presente, y el recuerdo que se desvanece, tras lo cual volvemos a ser completos desconocidos.

     Hay una trama, claro está, con un final que para el lector minucioso no será tan sorprendente y un pequeño requiebro que parece hubiera querido guardarse hasta el final. Os la he ido contando, trata de la vida.

     Si normalmente traigo historias directas, incluso crudas, Banville se sitúa justo en el otro extremo. Mi gusto camina por las carreteras de McCarthy a ritmo de las letras de Faulkner o de tantos otros. Tal vez por eso no termine de apreciar a este autor premiado ayer mismo con el Premio Príncipe de Asturias. Pero incluso reconociendo eso, no puedo dejar de admirarme por sus formas y hoy termino justo como comenzaba: ya no hay excusa para no acercarse a Banville... o a la novela negra de Benjamin Black.

     Y vosotros, ¿os dejáis aconsejar por algún premio literario en particular?

     Gracias

jueves, 5 de junio de 2014

Una del oeste. José Javier Abásolo




     "El cartel de madera donde podía leerse el nombre de la población a la que estaba a punto de adentrarse, Laramie,confirmó al jinete que,por fin,había llegado a su destino. Llevaba demasiadas jornadas cabalgando sobre su viejo caballo,más la fatiga, el cansancio y las noches durmiendo a la intemperie habían merecido la pena."

     Descubrí este autor hace ya tiempo gracias a LAKY y su entusiasta recomendación. Sin embargo por un motivo u otro no me había traído ningún títulos suyo a casa hasta hace unos días. Sabiendo que tenía una saga, preferí comenzar con su última novela ya que es una historia independiente.Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual Una del oeste.

     Conocemos a Estepan Azkarate,un jovencísimo juez que comienza su andadura en Bilbao y al que llega el caso de un comerciante asesinado en lo que parece un atraco. No muere solo el comerciante sino también el atracador al ser abatido por un policía municipal. Cuando Estepan se entera de que el comerciante es un escritor de novelas del oeste famoso poco puede imaginar que pronto le lloverán complicaciones en un caso en el que no terminan de cuadrarle las cosas. Al otro lado tenemos a Asier,un profesor de Literatura que tras años intentando publicar recibe un curioso encargo: sus libros serán publicados si encuentra el último manuscrito del escritor fallecido.

     Y además conocemos a McFree en una novela del oeste al más puro estilo Estefanía, en la que se intuye un gusto del autor por estas novelas y también un toque personal cargado de sentido del humor. Tópico a tópico en el que no falta la ley del Oeste, el pistolero y las balas que ni se ven, algo tiene de homenaje a esas ya olvidadas novelas de cambio y también mucho de pista para el lector empeñado en resolver la novela policíaca antes que sus protagonistas.

     Me he encontrado con una novela divertida, un thriller que queda teñido de un sentido del humor palpable en el que un simple gesto, como es beber un vaso de agua provoca la sonrisa del lector. Acompañamos a sus protagonistas buscando la resolución de un enigma que se nos va planteando poco a poco mientras alternamos esta historia con la obra del fallecido escritor. Una investigación abierta, presiones y secretos que cambiarán la vida de Estepan, un personaje que no tarda en ganarse nuestra simpatía, mientras que el profesor realiza una búsqueda paralela que sabemos ha de terminar tocando la primera. Y por el camino vaya una crítica, que tampoco falta, y otra sonrisa que nunca está de más y, por qué no, una ronda en el Saloon, que invita la casa. De este modo nos lleva a un final que, como única pega, me ha resultado un poco abrupto, me hubiera gustado que lo desarrollase más.

     Una del oeste es, ante todo, una historia entretenida que combina dos géneros sin llegar a mezclarlos, pero que dependen uno de otro a lo largo de sus páginas.

     Siempre he pensado que las novelas que contienen dos historias corren el riesgo de que el lector esté más interesado en una o, al menos, a mi me sucede con muchas. Y a vosotros, ¿no os sucede que si un libro tiene dos hilos tenéis muchas veces esa sensación?

     Gracias

miércoles, 4 de junio de 2014

Los adivinos. Libba Bray




     "En una mansión de una zona en boga en el Upper East Side de Manhattan, refulgen todas y cada una de las lámparas. Se está celebrando una fiesta, la última del verano. Fuera, en la terraza con vistas a las siluetas incandescentes de Manhattan, la orquesta disfruta de un muy merecido descanso. Son las diez y media. La fiesta lleva en marcha desde las ocho, y los invitados ya están aburridos."

     De vez en cuando me adentro en la literatura de corte juvenil. Reconozco que tiene que tener algo más para que me apetezca, pero esta me llamó la atención por la época en que se sitúa, los años veinte en Nueva York. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Los adivinos.

     Conocemos a Evie en el día de su cumpleaños. Aburrida y tras haber bebido un poco más de la cuenta, hace gala de un peculiar don que tiene: tocando un objeto ve cosas de su dueño. Así es como descubre un secreto de quien no debe y que causa un revuelo en su pueblo natal, y por ese motivo es enviada con su tío a Nueva York. Pese a que su tío conduce una especie de Museo de los horrores, Evie está encantada recuperando viejas amigas, codeándose con coristas y carteristas y asistiendo a clubes clandestinos. Lo que no esperaba, es acabar colaborando con la policía para así poder atrapar a una asesino que empieza a aterrorizar toda la ciudad.

     La ciudad de Nueva York en los años veinte es un escenario francamente atractivo. Allí hay personajes de todo tipo que la autora nos va enseñando mientras nos sitúa en un momento de cambio y rebeldía de la juventud. Y es en este ambiente en el que nos va mostrando distintas historias de personas que parecen esconder algún secreto o poder.De algún modo parece que van uniéndose en una historia que se detiene en los detalles para dejarnos la sensación de estar viendo cada escenario, cada calle, cada club... y también cada sombra. Al estar ante el primer volumen de una trilogía, los personajes son contados al detalle, Evie, el tío Will, su ayudante, Sam el carterista, Zeta y su historia personal que nos intriga desde el primer momento, Memphis... todos ellos desfilan ante la atenta mirada del lector que pronto intuye que se irán relacionando porque algo está sucediendo en la ciudad. Y no tardamos en descubrir lo que pasa, porque lo bueno de esta historia es que, si bien nos damos cuenta de que va a continuar, la trama queda perfectamente cerrada al final del libro, de tal modo que podemos asomarnos a ella sin temor a quedarnos a medias.
     Tengo que decir que ha sido refrescante toparme con un libro juvenil que no tenga vampiros y que contenga una sólida trama que no esté basado en una historia de amor. Aquí hay un asesino con una suerte de ritual que tiene que ser atrapado y que funciona como trama principal, incluso más que las secundarias que se intuyen como motor de la trilogía. Además considero un acierto que, pese a que nos habla de personas jóvenes, adolescentes en casi todos los casos, con algún tipo de poder, no hay reuniones entre ellos, ni forman ningún tipo de patrulla, de hecho ni siquiera se lo confían unos a otros. Simplemente se limita a presentarnos este hecho como si estuviéramos viendo aquella serie titulada Héroes, pero en una época muy diferente.

     La sensación final es de estar ante una novela que esconde muchísimo trabajo de documentación y que, precisamente por demostrarlo cae en un exceso de páginas, pero que está francamente bien elaborada y con un final que nos permite decidir con libertad si queremos o no continuar leyendo. Posiblemente siga con ella, a fin de cuentas tengo curiosidad por saber cómo se van a contar estos jóvenes que tienen una suerte de poder.

     Y vosotros, ¿os asomáis a la literatura de corte juvenil?, ¿os gusta?

     Gracias

     PD. Os dejo el book trailer:

lunes, 2 de junio de 2014

Heridas abiertas. Gillian Flynn




     "Llevaba un suéter nuevo, de color rojo ardiente, espantoso. Era 12 de mayo, pero la temperatura había bajado hasta los cinco o seis grados, y después de pasarme cuatro días tiritando en mangas de camisa, decidí comprarme algo de abrigo en una tienda de segunda meno en lugar de hurgar entre las cajas de ropa de invierno. Primavera en Chicago."

     Gillian Flynn corrió de mano en mano y de boca en boca como la pólvora con su libro Perdida. Así que ya sea por interés, curiosidad, placer o cualquier otra excusa, muchos nos quedamos mirando este libro apenas salió a la venta. Hoy traigo a mi estantería virtual, Heridas abiertas.

     Conocemos a Camille Preaker, periodista de sucesos que, tras una estancia en un psiquiátrico es enviada a su ciudad natal para cubrir un caso. Así lleva a Wind Grap, Missouri, tras años de ausencia para encontrarse con recuerdos y viejas heridas mientras investiga lo sucedido.

      Esta vez estamos ante la primera obra de una autora que consiguió un éxito inesperado gracias a Perdida. De ahí la curiosidad general por cómo habían sido sus comienzos y más al saber que ya con su primer título fue finalista del premio Edgar de novela negra y ganadora del Fleming Steel Dagger de 2007 al mejor thriller. La curiosidad está servida.

     Reconozco que cuando leí la sinopsis que hablaba de una mujer desequilibrada... bueno, me dio un poco de miedo encontrarme con una historia que no me fuera a sorprender. Y así me embarqué en esta historia de niñas asesinadas y reporteras que regresan recordando hermanas muertas a una ciudad con enormes sombras. Porque cuando nos queremos dar cuenta, ya hemos viajado a Wind Gap para descubrir que bajo toda esa fachada se esconde una serpiente de maldad que va reptando entre las mujeres y que se manifiesta en casi todos sus actos. No es de extrañar que un lugar como este no reciba con los brazos abiertos a Camille: ni su madre, ni amigas ni compañeras  parecen quererla allí, descubriéndonos así personajes dignos de mención como Adora, la madre, o la hermanastra de nuestra reportera. Estas mujeres, todas, que serán nuestras improvisadas vecinas, provocarán un sentimiento de asfixia en el lector que es incapaz de apartar la vista de un universo recién descubierto pese a no ser nada nuevo.

     Con mucho cuidado de no desvelar ninguna pista de un libro que se lee con rapidez hasta llegar a un final relativamente predecible, os diré que me ha gustado. Aún no tenía esa forma de escribir que provoca que no sueltes el libro y que descubriría en su primera obra publicada en nuestro país, pero ya se intuía. Y no solo eso, sino que es una novela mucho más negra, más directa, más detallada, con personajes más oscuros. Eso es lo que realmente me ha gustado de esta historia, sus mujeres: terribles. Y sus detalles, a veces sobrecogedores. En cuanto a los asesinatos... eso dejo que los vayáis descubriendo, la novela es corta y corro el riesgo de daros alguna pista vital.

     Lo reconozco, me ha gustado más esta historia que la que la llevó a todas las listas de ventas.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias