sábado, 8 de diciembre de 2012

Obras póstumas


Tarjetas de El original de Laura. Fuente: ABC

     Justo antes de morir, allá por 1977, Vladímir Nabokov mandó quemar su obra inacabada, El original de Laura. Su hijo, encargado de la tarea, decidió ignorarlo y esta obra acabó siendo un éxito en ventas en muchos países.


     Es curioso como proliferan los libros de autores fallecidos. Y no, no hablo de segundas ediciones o de reedición de clásicos. A lo que me refiero es a la creciente sensación de que en el más allá, a la altura del limbo, hay un despacho con un editor que pregunta el lugar en el que guardaba el autor sus manuscritos. No se si a cambio de una reducción de condena, o de un aumento dependiendo de quien sea, o tal vez a cambio de un café ristretto, los autores confiesan. Dicen el lugar exacto, el cajón y el momento en que dejaron sus papeles olvidados, reposando o incluso encerrados como si de un diario secreto se tratara. Y ya tenemos historia.

     Cada vez son más autores los que siguen firmando títulos de forma figurada porque ya no están entre nosotros. Os parecerá una tontería pero me deja bastante descolocada que la primera edición de un libro sea varios años después de la muerte de su autor. Y más si no hay un motivo real para ello. Me explico... hay títulos que por cuestiones políticas se prohíben en un país, y han de pasar años hasta que ven la luz. Tantos que incluso su autor no lo llega a ver, como el caso de El maestro y Margarita que tras pasar su autor años de infructuoso esfuerzo, no pudo ver su obra publicada. Pasaron más de veinte años de su fallecimiento para que viera la luz un título que hoy es referente para muchos. Estos son los casos fáciles, los que entiendo aunque no comparta la censura.
     Pero luego vienen el resto, editores que se hacen con derechos sobre la obra de un autor incluso ya fallecido y que rebuscan entre archivos hasta dar con manuscritos acabados o no. Y los publican haciendo uso de publicidad y buen hacer, porque no olvidemos que hay grandísimos títulos entre esos póstumos, pero al verlos, de entrada, nos dejan con la duda sobre lo que nos encontraremos. Porque no nos engañemos, la muerte sorprende en cualquier momento por mucho que te apellides Pérez o Hemingway. Puede ser al finalizar un libro sin llegar a entregarlo, a mitad, o en un momento cualquiera y que hayamos guardado una docena de ideas sin desarrollar, o un libro rechazado una y mil veces que se estaba "pudriendo" en el cajón del olvido. Y esos, todos ellos, son los que nos venden como obras maestras del ya consagrado autor haciéndonos dudar del criterio de muchos. Porque... que una persona fallezca en lo único que influye a un manuscrito es en la incapacidad que tiene el ya finado autor de agregar más páginas para terminar o retocar su obra.

     Al final, la sensación que queda es la de ser cómplice cuando se compra el libro de una violación de la intimidad, de una colaboración para que ingrese dinero la familia o herederos designados que buscan seguir ganando a costa de lo que sea... Y os diré algo, si el autor me gusta mucho.... piense lo que piense acabo acudiendo ansiosa a adquirir mi nuevo título. Aunque sepa que jamás podrá estar autografiado por su autor.

     Y vosotros, ¿qué pensáis de las publicaciones póstumas?

PD. Iba a hacer una lista de libros póstumos, pero era demasiado larga. Baste decir que iban desde Vonnegut hasta Flann O'Brien, pasando por Toole,  Nemirovsky y Vonnegut.

58 comentarios:

albanta dijo... [Responder]

La lista es larga de escritores en este caso. Pero también pasa en el mundo de la música. Obras descartadas en su momento por ser consideradas de baja calidad se convierten en best-seller después de que fallezca el autor. Lo que sea por vender.

Winnie dijo... [Responder]

Y ¿cuántos escritores de novelas que nunca en vida fueron publicadas porque no llegaron a ser famosos murieron en el anonimato? ....un besote

Mere dijo... [Responder]

Quizás la póstuma no sea su mejor obra, pero en algún fragmento ocasional nos aguarda el atisbo del genio. Por eso merece la pena buscar entre sus letras esquivas apenas una sombra de lo que fue.
Gracias por una auténtica reflexión, personal y documentada. Eres muy buena en esto ¿lo sabes? Brillante, un beso

Tatty dijo... [Responder]

Interesante reflexión la que nos traes hoy. En cuestión de literatura como en muchas otras facetas lo que mueve a la mayoría de las personas es la obtención de beneficio y si vendiendo lo que en su día pensaron que era de baja calidad lo consiguen parece que no importa la opinión final de lector
besos

Dorothy dijo... [Responder]

Me ha encantado eso que dices de que en el cielo hay un editor, con despacho y todo. Es curiosa y muy creíble. A mí me pasa igual, que me siento así cuando compro algún libro de esas características.

Besos

Kikas dijo... [Responder]

El unico momento que cai en esa tentacion fue al comprar " la odisea de Axterix" ...y no me gusto
Se notaba que faltaba algo...

Déborah F. Muñoz dijo... [Responder]

Si estaban en el cajón... por algo será. Y si no están acabadas, no me parece justo para el lector publicarlas. Así pasa con las de Tolkien, que o bien las acaba el hijo con su mala imitación de la prosa de su padre o bien te pone todas las anotaciones que tenía en su despacho... Como está muerto, todo vale.

Mela dijo... [Responder]

Hola, yo creo que un libro nace para ser leído. Si su autor ha muerto y sus descendientes pueden publicarlo, no me parece mal.
Si el libro no está acabado ya es otra historia. No creo que haya nadie que pueda acabar una obra como quien la inició. El autor mima su libro, le da cuando lo necesita, le quita cuando le sobra, lo modela...
Un libro inacabado perdería su esencia en las manos de otro "escritor".
Buen fin de semana.

Babel dijo... [Responder]

Me arranca una sonrisa ese editor con corbata en el cielo ;o) Pero estoy de acuerdo con Mere. Aunque vaya al bolsillo de otros que no lo merecen, al menos el atisbo del genio nos alcanza a todos.
Besotes admirados.

Pablo Garcia dijo... [Responder]

Alguna vez ma había pasado una sombra de duda sobre este tema, pero nunca lo ví tan claro como después de leer tu estupenda exposición.

Creo que hay, al menos, dos faltas de respeto, una al autor que que tendría sus razones - dudas, falta de final, pudor intelectual - para no haberlo editado y otra al público, que leera algo que nunca podrá saber si lo que está leyendo refleja la idea reál de su creador.

Un abrazo.

Offuscatio dijo... [Responder]

Buenos días y feliz sábado. Nos traes una entrada muy interesante hoy. Si he de ser sincera, no tengo una opinión formulada sobre las obras póstumas; aunque debo reconocer que muchas de las que se quedan en el cajón seguramente han sido rechazadas en algún momento. No hace falta ir más allá de, por ejemplo, "Claraboya". Un beso

Abuela Ciber dijo... [Responder]

Mis respetos póstumos a quien las dejo.....por algun motivo, en el cajón sin darlas a luz o no las termino.

Pero...... se dice que por dinero baila el mono no????

Gratisimo leerte.

Cariños y buen fin de semana

Jesús Martínez dijo... [Responder]

Fíjate, ahora que lo pienso, no recuerdo si por mis manos han pasado obras póstumas. Lo que sí está claro es que para las editoriales es un punto de interés, sobre todo cuando el autor es relevante. Recuerdo el revuelo que se formó durante un tiempo cuando se habló de la posible existencia de una cuarta entrega de la saga Millennium, de Stieg Larsson.

Me ha encantado esta entrada, creo que da para reflexionar largo y tendido.

Un beso.

Framboise dijo... [Responder]

Pues sí: una violación de la intimidad a mi parecer. Y una falta de ética por parte del heredero y un aprovecharse materialmente por parte de herederos y editoriales.
Por otra parte, pienso que si no querían ser publicados despues de muertos (por la razón que sea) con destruír sus escritos ellos mismos...
Difícil tema nos traes hoy.

Abrazote y sonrisa.


Irial dijo... [Responder]

Supongo que, como en todo, la perfección está en la justa medida. Intenta verlo desde este otro punto de vista: ¿por qué privar al mundo de una obra maestra inacabada, abandonarla en el cajón en que se encontró, ¡quemarla! cuando puedes darla a conocer? Como en todo, hay gente avariciosa que se aprovecha, porque una obra inacabada no es lo mismo que na obra casi-ni-empezada, que es lo que son en muchos casos. Veinte páginas mediocres, sí, pero que arrastran el nombre de su célebre autor y que, con unso cuantos retoques, puede convertirse en algo decente. Y si le sumamos una buena publicidad, de esas veinte páginas mediocres que ni el autor consideró terminar saldrá un best-seller.

Si te fijas, en realidad no he elegido bando jajajaja xD se debe a que prefiero no opinar tajantemente sobre un tema qe no controlo. Un besito, Silvia

Aglaia Callia dijo... [Responder]

Es un tema interesante, y muy controvertido, como pone Framboise. He leído de autores que de hecho no deseaban ver sus obras publicadas pero no les dio el tiempo para destruirlas, así como también de otros, que no publicaron aunque deseaban hacerlo en algún momento, pero la muerte les ganó la partida y en ese caso la decisión de sus herederos es noble y justa; creo que el caso de Tolkien es el segundo.

En fin, es todo complejo, aunque sería innegable que hay obras póstumas maravillosas y el pensar que no pudieron ver la luz es muy triste.

Besos, feliz finde.

Shorby dijo... [Responder]

Y tan larga...
Una entrada muy interesante. Y los que quedarán por publicar!

Besores

Aydita dijo... [Responder]

Que entrada tan interesante! besos

Noa dijo... [Responder]

Reconocer el esfuerzo de un autor después de muerto, personalmente pienso que no es lo mismo. ¿Donde queda esa gratificación?, esa cara que se nos pone cuando alguien hace de nuestro trabajo un mérito. Donde quedan los detalles explicando el porqué surgió esa historia.

A mí, me gusta muchísimo profundizar, rascar, adivinar las razones de una obra de arte. Y sí, puede que no esté mal que publiquen los libros después de muertos, pero la curiosidad ahí queda y sigo creyendo que es mejor que esa persona haya muerto sabiendo que escribió una obra de arte.

josef dijo... [Responder]

Mis libros proliferarán cuando yo muera jajajaja.

Bueno, era solo una broma. Qué genial escritor Nabokob!

Un abrazo y felices días!

Anónimo dijo... [Responder]

Soy más de las Publicaciones que se hagan en vida, porque, supongo, que el autor lo escribió para eso.
También hay casos en los que han aparecido libros y los han publicado, cuando, quizás, la voluntad del autor no fuera esa.
Abrazos, Silvia.

Anónimo dijo... [Responder]

Las obras por ejemplo publicadas recientemente de Irène Nemirovsky son todas postumas, porque ella murio en Auschwitz y hace poco se encontraron sus obras ineditas. A mi me parece que leerlas es rendirle homenaje.

Yossi Barzilai dijo... [Responder]

Es que nos citas algunas obras y algunos autores.... Creo que lo comentamos una vez cuánto nos gustó El maestro y Margarita, de Vonnegut ya poco te puedo decir jajja, ayer ya me anoté el Basic Training y esta tarde, si me da tiempo voy de librería nacional e internacional porque vi un Flann O'Brien y me voy a hacer con él.Veré también si al otro lado de la frontera está Vonnegut jeje. Un beso.

Doctora dijo... [Responder]

Nunca me había planteado este tema llevado al mundo de la escritura. Hay casos muy famosos como el de Van Gogh y en la música también.
Mola tener obras de gente que te gusta, pero la verdad es que cuando ocurre así siempre te queda la sensación de que hay gente detrás buitreando de mala manera... cuando están vivos también buitrearán, pero después de su muerte da más rabia.

Violeta J. dijo... [Responder]

Totalmente de acuerdo contigo... No se sabe si es la familia, si es el editor, pero.. no se.. uffs.

A mí, personalmente, me duele más que mal usen sus libros. Me explico, Orgullo y prejuicio y zombies... Dios mio, que horror. Que usen tu libro generaciones despues para eso..
En serio, me parece denigrante, aunque saliera una obra maestra de la unión... No se, un respeto al autor, por dios!

Un beso enorme y buenísima entrada!

Leyna dijo... [Responder]

Interesante entrada, ¡un abrazo! =)

Margari dijo... [Responder]

Nunca me había detenido a reflexionar en todo esto que nos cuentas. No sé, las obras que están en el cajón... Supongo que se debería respetar el pensamiento de su autor y que siguiera en ese cajón. Sus motivos tendría. Pero poderoso caballero es don dinero...
Besotes!!!

Angry Bego dijo... [Responder]

Hay veces que, como en el hijo de Nabokov, que supongo que lo haría porque le gustó la obra, si es así, veo bien que se publiquen estas cosas, pero si luego es una editorial carroñera que sólo busca ganar dinero y más dinero, la cosa me parece deleznable.

Un saludo.

Miss_Cultura dijo... [Responder]

Soy una fan de Tolkien o de Cs Lewis entre otros muchos que después de su muerte como bien dices sus herederos o sus familiares siguen lucrandose sacando escritos que a lo mejor el autor desecho por tal motivo u por otro pero estos lo sacan a la luz sin importarles nada, no me parece ético a no ser que el propio autor como es el caso de George R.R Martin que como ha dicho a sus editores si yo muero, este es el final...no me gusta nada de nada que hagan estas cosas

jose maria criado lesmes dijo... [Responder]

Amiga Silvia, He de reconocer sin ambages que no sé si he leído alguna obra póstuma, porque ni siquiera me preocupo en mirar la biografía del autor, cuando llega un libro a mis manos. Que por otra parte quitando los clásicos
o los históricos, siempre me los
presta mi mujer o mis hijos, que como saben mis gustos no tengo que
preocuparme en pensar si me van a agradar o no.
Besos

Lola PD dijo... [Responder]

Yo creo que hay casos y casos.
Por ejemplo, VC Andrews publicó más libros fallecida que viva, su familia contrato a un escritor para que diera forma a sus notas, lo considero horroroso.
Por otro lado, si la obra esta finalizada veo bien que se publique. Es más, me encanta que se publique.
Besitos.

Valaf dijo... [Responder]

Pues eso me pasó con el Silmarillion que, como sabes, nunca llegó Tolkien ni siquiera a ensamblarlo. Fue su hijo quien lo hizo y lo publicó.
Claro, te queda el regusto de cómo hubiera sido con el autor en vida, de todos modos, también es una oportunidad para que los incondicionales de un autor se asomen, una vez más, a su genio. Pero temita controvertido.

Un beso

Jara dijo... [Responder]

La imagen de los autores revelando el lugar secreto en el que descansa su manuscrito inacabado a cambio de un "ristretto" me ha encantado.
Nunca me había parado a pensar en ello, la verdad, lo primero que pienso es que en estos casos cuenta más el interés de los herederos y de los editores que el del autor y me hace desconfiar. Aunque a lo mejor sean unas páginas que merezcan la pena ser leídas, ya no parecen una obra completa y consciente del autor que las escribió.
Besos

CHARO dijo... [Responder]

Pienso sinceramente que estos libros póstumos son por motivos económicos de los herederos del autor.Besotes

de lector a lector dijo... [Responder]

No creo que haya caído en mis manos un ejemplar de estas características, de hecho no es un tema que me hubiese planteado nunca, pero sin duda merece la pena darle una vuelta. Por un lado están los motivos por los que es una obra póstuma (inacabada, al autor no le gustaba, rechazada por un editor antes de su muerte y que luego puede ser un filón, etc.) por otro lado están los beneficios que otros quieran sacar de esa obra (verdaderamente es la obra del autor u otros se quieren aprovechar del nombre y lo utilizan en algo que no es verdaderamente suyo, o solo eran suyas las ideas, etc.). Sin duda es un tema complicado.

Nesa Costas dijo... [Responder]

De entrada me ha gustado el párrafo del editor del cielo, buenìsimo.
Es difícil y nunca lo había pensado pero tengo claro que si tengo que irme al otro barrio para que me publiquen estoy genial aqui sin que me hagan caso.
En cuestiones de calidad a saber. No esta bien que para vender se busque algo sórdido o llamativo por parte del esctitor... (vaya, quizas debería inventarme alguna cosa para mi próxima propuesta :)
No sé, supongo que si una obra fue rechazada en su momento seria por algo y no veo en qué pudo mejorar precisamente cuando su autor la palma.
Del disfrute de herederos depende. Si escribes para ti es una faena que saquen a la luz tus cosas. Si no, bueno, a mi no me importaría que mis hijos consiguieran un dinerito extra. Una pena que, en general, las herencias traigan mas problemas que otra cosa.
Genial la entrada y una reflexión muy buena.
Besos y buen fin de semana.

Luciana dijo... [Responder]

Justo hace poco, comenté El profesor, de Charlotte Brontë, que en vida intentó publicarla en vano y que la publicaron en forma póstuma.
A veces, el morir, nos ha dado la posibilidad de conocer obras que de otra forma no hubiesen visto bueno de las editoriales.
Besos.

J.P. Alexander dijo... [Responder]

Si es verdad , también no te olvides de los que toman las obras del papa y sacan nuevos capítulos de su secuela clásica no mas ve la dune y como su hijo tomo la idea original para hacer la precuela. Te mando un beso y un tema super interesante el que nos has hablado, cuídate y buen domingo

Luján Fraix dijo... [Responder]

A mí me da cierto dolor pensar que tienen que morir para que publiquen sus obras, pero el arte es así, si no recordemos a los grandes pintores que fallecieron sin haber vendido un cuadro.

Igual creo que es bueno llevar adelante obras que pueden llegar muy lejos y que quedan inmortalizadas.
Un besito

Rober dijo... [Responder]

Curiosa reflexión la que nos planteas hoy.

Desde luego, si me gusta el estilo de autor no me importa demasiado perderme en una obra, aunque sea póstuma.

Pero sí que es cierto lo que comentas. A veces parece que la muerte de un autor es aprovecada como un mero recurso de marketing más del que los lectores somos víctimas.

Besines :)

TORO SALVAJE dijo... [Responder]

A mí me parece una falta de respeto total motivada por la codicia de quien se beneficiará de ello.

Saludos.

Sheol 13 dijo... [Responder]

No por estar muerto o medio senil el autor, una obra póstuma me llame mas o menos la atención. La verdad es que es un gran negocio publicar obras póstumas, tanto libros como películas o discos, la mayoría de las veces suelen ser verdaderos bodrios, pero aun así nos las tragamos por curiosidad y morbo. Un abrazo.

-Dawn- Yo me llamo Cata dijo... [Responder]

Hola,
Es triste,
pero es la cruda realidad en el mundo del arte,
al menos no se quedaron en el anonimato, aunque me parece muy frío que utilicen la muerte como una herramienta más para promocionar y vender.
Interesante reflexión,
un beso.

Azalea Real dijo... [Responder]

No he leído muchas obras póstumas, a menos, que yo sepa. Quizá las únicas sean las de Nemirovsky. Ni me llaman más ni menos, creo que la magia de un libro está en sí mismo y no en el momento en que se publique.

Un beso.

Anónimo dijo... [Responder]

La obra póstuma no siempre es una falta de respeto y una muestra de codicia, a veces es un encargo del mismo escritor...
besos!

Luis Prieto dijo... [Responder]

Como ya han comentado, su estaban en un cajón era por algo. Sirvan de mayor ejemplo Tolkien y la saga Dune, aunque no puedo olvidar con gran dolor el placer que me supuso leer La conjura de los necios, y el desengaño del neón posterior. Impecable reseña. Gracias

raúl dijo... [Responder]

puede resultar una injerencia en la intención última del autor o una forma de prolongar un talento que se apagó antes de tiempo, con la obra a medio terminar. no sé ¿mereció la pena que alguien terminara el famoso requiem de mozart? (y no me refiero a la falsa leyenda peliculera), ¿que los discípulos de muchos maestros pintores intervinieran en sus cuadros, incluso completándolos, una vez muertos? I don´t know

Carol dijo... [Responder]

Yo estoy deseando que salgan a la luz esas tan sonadas obras de Salinger que se decía que no quería que se publicasen hasta que muriese, aunque visto lo visto, igual solo era un bulo, una pena porque es un autor que me gusta mucho. Bsos

mágico dijo... [Responder]

Zanjo el asunto pensando que si el autor no pretendía publicarlo que lo hubiese escrito en su diario. Llámalo egoísmo.

Besitos

mágico dijo... [Responder]

Zanjo el asunto pensando que si el autor no pretendía publicarlo que lo hubiese escrito en su diario. Llámalo egoísmo.

Besitos

Mayte Esteban dijo... [Responder]

Sin la publicación póstuma de su obra nos habríamos quedado sin conocer a Becquer (las rimas se publicaron en 1871, un año después de que muriera) así que bienvenidas sean estas ediciones.

Un beso

May R Ayamonte dijo... [Responder]

Hola!
Sinceramente en este tema tengo que decir que creo que se intenta explotar demasiado las cosas.
un beso

Vani dijo... [Responder]

La verdad es jamás me habia detenido a pensar sobre esto, me parece de muy mal gusto las prohiibiciones de libros, musicas, etc pero por lo menos es bueno saber que en algunos momentos esos libros se publicaron.
Saludos.

Genesis Garcia dijo... [Responder]

Interesante, esto también pasa en la música y en muchos ámbitos más. Es curioso y que bueno que el hijo no lo quemo :). Muchas gracias por tu comentario♥

sabores compartidos dijo... [Responder]

Cuantos pintores, escritores y poetas hay que fueron mas conocidos despues de muertos? Muchos solo es cuestion de que quien posea su obra tenga vision de negocio
un besote

Aldo dijo... [Responder]

Por fin he tenido un poquito de tiempo de regresar a tu blog que tanto me gusta y que al igual que el mio he tenido abandonado, Tolkien tambien puede ser un ejemplo, su exito en ventas se produjo despues de su muerte....

Esilleviana dijo... [Responder]

Voy a ser un poco más frívola, mientras te leía pensaba en Stieg Larsson y como su esposa consiguió publicar el último libro que éste guardaba en el cajón... el ego o el dinero mueve montañas??

Un abrazo :)

Icíar dijo... [Responder]

Hace muy poco que ha muerto la escritora Isqbrl Núñez, y el otro día la editorial a trvés del facebook de la escritora oublicaron un anuncio de que en breve publicaran una obra póstuma de ella. Yo sé que lo voy a comprar, porque es una forma como de estar cuando ya es inposible, pero a parte de esto, no pedo evitar pensasr en el interés de los editores de provechar el tirón de todos aquellos que de alguna u otra forma la seguíamos.