jueves, 14 de julio de 2011

Anna Karenina. LeónTolstói


      "Todas las familias felices se parecen unas a otras; pero cada familia infeliz tiene un motivo especial para sentirse desgraciada.

En casa de los Oblonsky andaba todo trastrocado. La esposa acababa de enterarse de que su marido mantenía relaciones con la institutriz francesa y se había apresurado a declararle que no podía seguir viviendo con él.

Semejante situación duraba ya tres días y era tan dolorosa para los esposos como para los demás miembros de la familia. Todos, incluso los criados, sentían la íntima impresión de que aquella vida en común no tenía ya sentido y que, incluso en una posada, se encuentran más unidos los huéspedes de lo que ahora se sentían ellos entre sí.

La mujer no salía de sus habitaciones; el marido no comía en casa desde hacía tres días; los niños corrían libremente de un lado a otro sin que nadie les molestara. La institutriz inglesa había tenido una disputa con el ama de llaves y escribió a una amiga suya pidiéndole que le buscase otra colocación; el cocinero se había ido dos días antes, precisamente a la hora de comer; y el cochero y la ayudante de cocina manifestaron que no querían continuar prestando sus servicios allí y que sólo esperaban que les saldasen sus haberes para irse."
      Hoy me meto con un clásico, un novelón donde los haya, Anna Karenina. Puedo decir "novelón" sin ofender a nadie puesto que se comenzó a publicar en forma de folletín por entregas.
Ha sido conocida siempre por su comienzo y su final. La historia comienza cuando su protagonista, Anna, ve como un hombre fallece al precipitarse a las vías del tren y finaliza cuando ella misma cae a dicha vía. Pese a lo simple que puede sonar esta es, como todas las de Tolstói, una novela extensa y compleja en la que podemos perdernos entre sus personajes y pensamientos.
      Nos cuenta la historia de Anna, una mujer de alta sociedad casada con un funcionario que llega a Moscú por temas laborales. Su hermano la pide ayuda para salvar su matrimonio y ella se encuentra en una estación de tren con el conde Wronsky, por el que se siente atraída, quedando éste enamorado de ella. Solucionado el encargo de su hermano Anna decide ir a San Petersburgo para alejarse del conde pero éste, la sigue en el mismo tren y le declara su amor. Anna lo rechaza... un tiempo, pero acaba por sucumbir al amor que le profesa, buscando la forma de encontrarse con él hasta que su marido se entera y la intenta obligara elegir. Si hasta aquí nos puede parecer complicado, me he dejado en el tintero algunas interacciones con otros personajes, Anna se queda embarazada del conde, provocándola un estado de angustia que lleva al conde a proponerla una fuga que ella rechaza. Llegando a pedirle perdón a su esposo tras el difícil parto. Como todo lo que se hace en un momento de angustia, dura poco, y Anna se fuga con el conde y su hija a Italia donde permanecen un tiempo esperando que Karenin conceda el divorcio a nuestra protagonista, para acabar regresando a San Petersburgo donde Anna es presa de los celos, infundados, pero atormentadores igualmente, que la llevan a pensar que su única salida para ser feliz es la muerte.
Todo esto va mezclado con unos personajes secundarios tan ricos, que podrían perfectamente ser principales de historias simultáneas a la vez que paralelas con la que se va entretegiendo un entramado en el que Tolstói nos enseña la sociedad, la hipocresía y los valores de la época. La historia de Lyovin y Kitty es realmente tan magnífica como la principal y, de hecho, se le dedica una parte del libro casi en su totalidad, aunque no os la voy a desgranar aquí. A fin de cuentas, algo tengo que dejaros para que descubráis vosotros mismos.
      Como ya he dicho.. es todo un novelón, para leer en las tardes de verano esperando a que el frescor nos permita salir a la calle a pasear.
      Gracias

5 comentarios:

Tiago dijo... [Responder]

Lo triste es que tantas familias son tan anormales que la normalidad ya quedó desdibujada e irreconocible y no es que se haya evolucionado porque la nueva forma parece no terminar por concebirse jamás. La madre de familia ya sabemos que no existe y que su rol fue reemplazado por el laverap, el delivery , la guardería, etc. y no es que eso esté mal, lo que está mal es que el rol de madre no podrá ser reemplazado por nadie.

Queco Arbós dijo... [Responder]

Toda la razón del mundo. Un auténtico novelón que debe estar en un lugar preferente de la biblioteca.

Queco Arbós dijo... [Responder]

Toda la razón del mundo. Un novelón que debe tenerse en un sitio preferente de la biblioteca.

Unknown dijo... [Responder]

Hola,gracias al cielo, que he podido encontrar un blog de literatura tan interesante, por cierto Ana Karenina es una de las tantas historias, que podrian ser representadas en una telenovela, aunque la pantalla no le hiciera justicia, es una historia en la cual se mezclan toda clase de sentimientos, el amor, la pasion, los celos, los deberes morales, la doble moral,la historia comienza con una infidelidad que nadie censura, salvo la esposa aunque despues la deja de lado por el bienestar familiar, y tenemos la infidelidad de la protagonista, que como era de esperarse no es bien vista, sin embargo todos los personajes tienen vida, hasta Karenin, que podemos tomar como la maquina humana, llega un momento que se quiebra, me gusta mucho Kitty, aunque Levin en varios momentos se me hizo pesado, saludos.

Eduardo Piero dijo... [Responder]

¡Hola! Acabo de encontrar tu reseña. Me preguntaba si la habías leído y ya veo que sí y hace 10 años antes que yo. Y eso que supongo que será mayor que tú. Acabo de leerla hace poco y como bien dices, es un novelón. Un libro tan bien contado que es digno de alabar cómo el autor haya podido hilvanar la historia de cada uno de los personajes. Si puedes échale un ojo a mi blog: epsilon literario y me comentas qué tal sobre mis notas de la novela.

Saludos cordiales!!!